Un grupo de unos 15 especialistas cubiertos de pies a cabeza y con mascarillas laboraba en el proceso de identificación de unos 40 cuerpos sin vida en una morgue improvisada dentro de una bodega de la localidad de Escuintla.
Los cuerpos, envueltos en bolsas plásticas blancas y mantenidos con ventiladores y hielo seco, están acumulándose en el galpón de ladrillos y techo de chapa donde el hedor es insoportable.
El mal estado de los cadáveres está haciendo imposible una identificación por reconocimiento facial o a través de las huellas dactilares por lo que después de revisar los restos, en su mayoría carbonizados, los expertos toman muestras óseas de ADN que luego serán cotejadas con muestras de sangre de familiares.
El antropólogo forense Miguel Morales explica a The Associated Press que los restos se encuentran momificados y que, en su mayoría, las víctimas no sufrieron quemaduras directas sino que se consumieron debido a las altas temperaturas.
Estos cuerpos son parte de los al menos 109 muertos que ha provocado la erupción del Volcán de Fuego y hay cerca de 200 personas desaparecidas, cifras que las autoridades advirtieron que podrían aumentar.
